martes, 7 de junio de 2016

INTELIGENCIA EMOCIONAL

INTELIGENCIA EMOCIONAL SEGUN DANIEL GOLEMAN.


La inteligencia emocional es un concepto definido por Daniel Goleman, citado de un estudio, como "una habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás, promoviendo un crecimiento emocional e intelectual. De esta manera se puede usar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento". Según el libro de Goleman titulado Inteligencia Emocional, que clasifica la inteligencia emocional desde distintos puntos, la capacidad de motivarse a uno mismo sería un muy buen ejemplo para lograr una estabilidad emocional plena.


Las características de la llamada inteligencia emocional son:

  • la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales.  
  • la capacidad de empatizar y confiar en los demás. El grado de dominio que alcance una persona sobre estas habilidades resulta decisivo para determinar el motivo por el cual ciertos individuos prosperan en la vida mientras que otros, con un nivel intelectual similar, acaban en un callejón sin salida.


ENSEÑANZAS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.

La inteligencia emocional ha pasado a ser de gran importancia en una época en la que el egoísmo, la mezquindad y la violencia parecen socavar la bondad de nuestra vida colectiva. Esta inteligencia constituye el vínculo entre los sentimientos, el carácter y los impulsos morales.

Goleman pretende dar a conocer las visiones científicas sobre la emoción, comprender el significado de dotar de inteligencia a la emoción, de tomar conciencia del dominio de los sentimientos. 

7 Consejos para mejorar tu inteligencia emocional.


Identifica tus emociones.

El primer paso para desarrollar tu inteligencia emocional será aprender a identificar los sentimientos y emociones que experimentas, para poder controlarlos después. Se trata de reconocer qué tipo de emoción percibes, si es ira, miedo, vergüenza, alegría, admiración o sorpresa, y cuáles son los síntomas que la preceden y acompañan.

Todas las emociones son anunciadas por una serie de señales corporales, como sudoración, palpitaciones o sofocos. Identificar estos indicios, te ayudará a controlar mejor tus emociones.
Describe en un cuaderno cada una de las emociones que vives, para conocerlas mejor.

Reconoce el origen.

Tras reconocer las emociones que sientes, debes centrarte en descubrir qué es lo que provoca este tipo de emociones, para poder buscar soluciones.
Por ejemplo, es importante que analices qué es lo que provoca tus ataques de ira, en qué tipo descontextos ocurre y si las personas son siempre la mismas o no. Una vez que identifiques el origen, será más fácil buscar alternativas positivas.
En el mismo cuaderno, puedes describir las situaciones que han despertado estas emociones.

Aprende a relajarte.

La relajación es clave para el auto-control. Toda persona emocionalmente inteligente, es capaz de controlar sus sentimientos, de identificarlos y manejarlos para que no estallen. Aprender algunas técnicas de respiración y auto-control, te ayudará en tu objetivo.

Esfuérzate por cambiar.

Una vez que identificas tus sentimientos, que reconoces sus síntomas y que conoces qué tipo de situaciones son las que provocan estos sentimientos, es el momento de buscar nuevas alternativas.

Analiza cuáles son tus respuestas, cómo es tu comportamiento y cómo puedes mejorar. Lo mejor es ensayar tus respuestas en casa y practicarlas con familiares, amigos o gente de confianza. Cuanto te encuentres preparado ¡ponlas en práctica!

Vive la vida con optimismo.

No dejes que los pensamientos negativos dominen tu vida. Nadie te odia por ser como eres, ni todo el mundo te tiene manía. Busca el lado positivo de las cosas y verás cómo todo a tu alrededor mejora.

Escribe en un papel tus pensamientos negativos, analízalos, sé sincero contigo mismo y busca otras conclusiones.

 

Trabaja tu empatía.

La inteligencia emocional no sólo trata de tus emociones, también de las de los demás. Un vez que te conoces a ti mismo, que eres capaz de identificar tus emociones y sentimientos, te será más fácil reconocer los sentimientos de los demás, especialmente de aquellas a las que conoces.

 

Mejora tus habilidades de comunicación.

Por último, para mejorar tu inteligencia emocional, necesitas dominar tanto el lenguaje verbal como el corporal. No sólo te comunicas a través de las palabras; tu tono de voz, el volumen que utilices, la rapidez o lentitud con la que expreses el mensaje, tus gestos faciales y tus movimientos corporales, dicen mucho más de lo que crees.

Aprende a dominar tu lenguaje corporal y a utilizarlo de manera adecuada para convertirte en una persona emocionalmente inteligente.



video de profundizacion.







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